domingo, 29 de abril de 2018

Coloane

“Mundos australes “ es el título del libro que recoge una serie de cuentos de Francisco Coloane, también es de la Editorial Manutara como el libro que presenté anteriormente.

Coloane nació en la isla de Chiloé en 1910. Su padre era capitán de barcos balleneros así que se adentró en el mar desde pequeño y tempranamente comenzó a trabajar en una estancia ganadera de Tierra del Fuego. Paralelamente a estas actividades desarrolló el talento de la pluma y escribió para los diarios chilenos: El Mercurio, La Crónica , El Siglo y la emblemática revista Zig-Zag que ya no se edita. La maestría de Coloane radica en que sabía muy bien de lo que hablaba, su vocabulario es rico y preciso, sus descripciones son justas y verídicas y sus personajes tienen las asperezas y la bravura de los hombres del extremo sur del planeta . Lo que relata son sus vivencias o hechos que le han contado; nada en el es artificial o imaginado.

Coloane se hizo conocido en Chile por su novela ”El último grumete de la Baquedano”, yo la leí cuando tenía 13 años. Lo hice por obligación porque formaba parte del programa de estudios de la escuela. Creo que tendré que releerlo , porque recuerdo muy poco de ese quinceañero aprendiz de marino que recorre los mares australes. De eso hablaré en una próxima entrega.



De “mundos Australes” me gustó mucho el cuento “El australiano “, el cuento se inicia con la espera de la llegada de un capataz australiano que viene a trabajar a la estancia “Las Curureras”. Pero básicamente el cuento es de “Hombres solos en la soledad” así describe Coloane a estos hombres sin compañía femenina; "a veces llegamos a odiar nuestros aperos campesinos: los lanzábamos lejos y, con una infantilidad que solo pueden comprender los que han vivido en esas desoladas tierras, nos poníamos el mejor traje que habíamos traído del ciudad, varios años atrás y nos sentábamos horas enteras frente al fogón…” ( “Mundos australes”página 42). Este australiano que llega a la estancia es casi el estereotipo del australiano , una especie de “Cocodrilo Dundee” aunque cuando salió este cuento el personaje cinematográfico estaba muy lejos de nacer. El australiano usa un látigo de cuero de canguro y hace exhibiciones de su destreza : “A veces estando de humor , me hace sostener en los extremos del pulgar y el índice una brizna o una pajita ; se alejaba unos metros y con el flexible arreado empezaba a pedir dos o tres aveces la distancia, hasta que , de súbito con un azote violento, hacía restallar el látigo, cuyas punta terminaba con tres crines y cortaba como una navaja la pajilla sostenida entre los dedos” (p. 55).

De este libro otra historia que nos sorprende es “Cazadores de focas” Nos sitúa en el archipiélago de las Guaitecas y nos habla del capitán Ñato porque tenía una nariz tan aplastada “como la de una foca que se hubiera dado un cabezazo contra una roca” y nos relata cómo la chalupa del capitán Ñato queda destrozada. Luego viene este párrafo que nos hace reír. “La mayoría de los chilotes , siendo los mejores marinos, generalmente no saben nadar, tal vez por eso mismo, porque no piensan nunca en naufragar “ Y es cómo una característica del chileno, estar con la creencia de que lo malo no ha de suceder, aunque seamos una nación que sufre con los terremotos y los tsunami. Afortunadamente estos tripulantes de la chalupa lograron mantenerse a flote nadando a lo perro hasta que consiguieron penetrar en la caverna de Punta Soveco justamente allí donde parían las focas a sus lobeznos. El narrador señala que en jerga lobera les llamaban “popis a los bebés de las focas, este sustantivo me hace pensar en el nombre de la flor amapola llamada "poppy" en inglés. Y bueno, atrapados en la caverna sin posibilidades de construir una embarcación, comienzan a echar mano de los “popis"para sobrevivir; descuerándolos y comiéndoselos. Mientras tanto el capitán Ñato comienza a sanarse su mano destrozada echándole sus propios orines……Deberan leerlo para saber si vuelven al continente o no.

Me gustaría que se encantaran con Coloane. ..Bueno ahora que se ofrecen cruceros para visitar Tierra del Fuego y cruzar el Estrecho de Magallanes los pasajeros que poseen el dinero y la sed de aventura para embarcarse e ir a esas soledades, que ya no están tan solas debido a los turistas, deberían junto con el ticket comprar un libro de Coloane y deleitarse con sus relatos. Espero haber despertado el deseo de conocer o releer este autor que ha sido traducido a muchos idiomas. Son los europeos que nos han hecho ver "la perla rara" que es este autor chileno.

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