miércoles, 10 de febrero de 2016

Un protagonista autista, un enfant autiste, uma criança autista, a child with autism

Si todavía tengo un lector, tendría que darme con una piedra en el pecho. Creyeron que había abandonado este blog, pero no es cierto. Les contaré que son el fin de las vacaciones en Brasil: pero aún la gente está con ánimos de salir, de entretenerse y de que siga el carnaval. En Brasil hace un calor de los mil demonios, así es que en enero me fui al sur para sentir la brisa fría en mi cara y para ver a mis padres. Ya estoy de vuelta y frente al computador, ordenador le dicen los españolitos. Durante mi viaje pensé escribir pero ni siquiera recordaba la clave, así es que ni modo… pero ya estoy aquí y mañana empieza otro año escolar y otra vez la misma cantinela.

Recordando un poco mi publicación anterior, lo último que escribí fue sobre mi perro, creo que fue penoso y a decir verdad nunca supe la causa de su muerte. Tal vez fue un envenenamiento, eso me lo dijo el hombre del cementerio de perros que vino a buscarlo. Como no pedimos la autopsia, y no lo hicimos con la esperanza de que resucitara (ok, estoy diciendo una pavada), no pudimos saber a ciencia cierta de qué murió.

Tal vez fue por eso que me entusiasmó tanto un libro que en el Teatro de la Plaza Ñuñoa en Santiago de Chile lo convirtieron en obra de teatro. El libro se llama “El curioso incidente del perro a medianoche”. Primeramente me lo recomendó un librero y luego como por arte de magia o por sincronicidad -como dijera el maestro Gastón Soublette- me di cuenta que lo estaban dando en el teatro y fui con toda la familia, inclusive con mi padre que se durmió la mitad de la pieza ( y la otra mitad se la pasó en el baño).



El título original es “The curious incident of the Dog in the Night-Time. Copyright @Mark Haddon, 2003. Edición en castellano Ediciones Salamandra 2004 (Traducción del inglés por Patricia Antón de Vez). A partir de 15 años.
El protagonista es un chico de quince años con Espectro autista que se obsesiona con la idea de saber quién fue el que mató al perro de la vecina. Entonces decide hacer una pesquisa.
Está escrito en primera persona, así seguimos paso a paso su razonamiento y lo aceptamos y de esta manera conocemos algo de cómo funciona la cabeza de Christopher: un chico que es capaz de descifrar una ecuación de segundo grado pero no entender el doble sentido de una frase sarcástica, tampoco comprende las expresiones faciales de sus pares. Nunca dice “yo soy un niño autista”, sin embargo habla que en el colegio algunos niños tienen "necesidades especiales”.

“Se supone que he de decir que tienen dificultades de aprendizaje o que tienen necesidades especiales. Pero eso es estúpido, porque todo el mundo tiene dificultades de aprendizaje, porque aprender a hablar francés o entender la relatividad es difícil. Y todo el mundo tiene necesidades especiales, como Padre, que tiene que llevar siempre encima una cajita de pastillas de edulcorante artificial para no engordar, o la señora Peters, que lleva en el oído un aparato de color beige para oír mejor, o Siobhan, que lleva unas gafas tan gruesas que si te las pones te dan dolor de cabeza, y ninguna de esas personas son de Necesidades Especiales, incluso aunque tengan necesidades especiales.” (página 63)

En la obra, el pensamiento de Christopher es a través de un narrador que va leyendo algunos pasajes del libro. Creo que es un buen recurso, pero en definitiva entendemos mejor cuando leemos el libro a solas y tranquilamente pues cada vez que Christopher muestra un comportamiento hostil ( así como cuando agrede al policía) es preciso saber a qué se debe ese grito, cuál es su lógica o sentimiento y eso era difícil explicar a cada instante en una obra de teatro. Mi hijo, de once años, que fue al teatro conmigo dijo: “se trata de un niño gritón” y tal vez a algún espectador le ha chocado oír tanto berrinche. Tendremos que tener una conversación sobre personas con necesidades especiales, para que no se quede en la superficialidad y comprenda mejor que no todos pensamos del mismo modo.

A mi hijo también le llamó la atención la manera de comunicarse pues como a Christopher no le gustan las caricias y no permite ningún contacto táctil, si quiere demostrar afecto extiende su mano esperando que la otra persona coloque su mano en forma paralela a la suya, pero sin tocarla. Después de la obra de teatro mi hijo haciéndose el chistoso levantaba su mano repitiendo este gesto.

Otro aspecto que me apasionó del libro fue el hecho que está lleno de ilustraciones y diagramas de referencias a temas que le interesan a Christopher por ejemplo habla de su libro favorito : “El perro de Baskerville”, un libro de pistas, dónde incluso se encuentran falsas pistas. Habla del Universo, de números primos, presenta gráficos y formulas matemáticas y hace un esquema para enseñarnos a encontrar la decisión más acertada. Al final del libro hay un apéndice con demostraciones matemáticas.

También se puede ver el progreso de este chico al tener un buen respaldo; su educadora Siohnan, hace ya ocho años que lo acompaña, cumple un papel importante infundiéndole confianza y tiene la paciencia necesaria para ir ayudando a Christopher a ir interpretando el mundo. A lo largo de la obra se ve que el chico va superando pruebas, resolviendo enigmas sale fortalecido ganando confianza en sí mismo y en su entorno.

Su autor Haddon profesor de literatura creativa trabajó un tiempo con personas que padecían deficiencias física y mentales (creo que debería decir que trabajó con personas que tenían necesidades especiales). Sin duda esto le ayudó a comprender mejor el universo de los niños autistas y plasmarlo en este libro.
Well done Mark Haddon !

Tarea para ti: ¿Cuáles son tus necesidades especiales ?

Bonus: https://www.youtube.com/watch?v=sGb6JP8ktws&list=PLQtQqDUXAUTzQ0S38O_C8d-mtDOYY3Esn